Luxemburgo: La economía pierde algo de fuelle en el segundo trimestre
El crecimiento del PIB bajó del 0,7% registrado en el primer trimestre al 0,6% en el segundo, ajustado estacionalmente y en función del calendario. El resultado marcó la tercera expansión consecutiva y se mantuvo por encima de la media de la zona euro.
En términos anuales, el PIB disminuyó un 0,1% en el segundo trimestre, mejorando la contracción del 1,8% del trimestre anterior.
En términos secuenciales, la inversión fija cayó un 3,0% en el segundo trimestre (T1: +3,0% intertrimestral a.a.), ya que el sector de la construcción se mantuvo moderado. Por otra parte, el crecimiento del consumo público se moderó al 1,0% en el segundo trimestre (1T: +1,3% intertrimestral). Dicho esto, el consumo privado repuntó un 0,2% en el segundo trimestre (T1: -0,5% intertrimestral a.a.), probablemente debido en parte a la nueva indexación salarial a partir de mayo, que reforzó los ingresos de los trabajadores. En el frente exterior, las exportaciones de bienes y servicios se estancaron en el segundo trimestre (T1: +5,8% intertrimestral a.a.). Por su parte, las importaciones de bienes y servicios se deterioraron, contrayéndose un 0,1% en el segundo trimestre (T1: +5,8% intertrimestral).
Nuestros panelistas esperan que la economía luxemburguesa crezca a un ritmo más rápido en 2025 que en 2024: La relajación de las condiciones de financiación debería apuntalar un repunte de la inversión fija y reforzar el importantísimo sector financiero, que representa aproximadamente una cuarta parte del PIB total. Además, se espera que las exportaciones de bienes y servicios repunten con respecto al año pasado gracias a la mayor demanda de la UE y a un efecto de base favorable. Dicho esto, el crecimiento económico en 2025 seguirá siendo débil en comparación con los niveles anteriores a la pandemia; se prevé una desaceleración del gasto privado debido al aumento de la tasa de desempleo.
Al comentar las perspectivas, los analistas de la EIU afirmaron: «Los principales riesgos para las perspectivas económicas son una reanudación de las presiones inflacionistas al alza que obligaría al BCE a detener su actual ciclo de flexibilización de la política monetaria (esto no forma parte de nuestra previsión de referencia) y el aumento de la incertidumbre comercial mundial de la administración Trump, en particular si estas se extienden a las restricciones a los servicios.»